lunes, 7 de abril de 2008

LA TIA NENA

La Juana amaba a sus primos, pero especialmente a la prima hermana, hija de la Mama Fía, la Nelda pero toda la familia le dice Nena.

Uno de los sufrimientos de la Juana fue cuando la Nena tuvo que irse a los Estados Unidos, solamente tenía catorce años de edad. Poco a poco, la Nena se fue ambientando en aquellas tierras. Allá vivía, trabajaba y también se casó con Mr. Hacker. Posteriormente, se divorció de Hacker y vivía sola entre sus amigos y amigas.

Cada determinado tiempo, la Nena venía a pasar vacaciones a La Concha. A veces venía sola, a veces se hacía acompañar de sus amigos o amigas.

La mama Fía le avisaba a la Juana, cuando estaba prevista la llegada de la Nena. La Juana empezaba a hacer los preparativos de la recepción. Creaba en el patio, ranchitos de paja, recogía las mejores frutas: mandarinas, naranjas, cocos, guabas, jocotes, sandías, melones, mangos y demás frutas tropicales.

Ordenaba el lavado y aseo de hamacas blancas, o rayadas, que las tendía y las probaba acostándose en ellas, para evitar que alguien fuera a golpearse o a tener un accidente por parte de los invitados.

Organizaba las frutas y las armaba en racimos sobre palmeras para adornar los ranchitos como una especie de Jesús en el huerto que se hace para Semana Santa.

Venía la Nena con la Corqui o con el Papi y conversaban con la Juana, con mi papa, con toda la familia. Tomaban refrescos, tragos y cada uno de nosotros era presentado con todo ceremonial a los invitados. La Juana feliz.

Cuando la mayoría de los mayores se habían ido de esta vida, inclusive la Juana, los hijos de la Juana depositaron su cariño en la Nena y poco a poco, la tía Nena se fue convirtiendo en el referente obligatorio de toda la familia.

La Tía Nena consideró que era el momento del regreso. Se vino de los Estados Unidos después de haber vivido más de 36 años en aquellas lejanías. Se vino a ver sus propiedades y en algunos casos, las de sus hermanos.

El viaje de regreso fue toda una odisea. Se vino desde San Francisco hasta La Concha por tierra, en su pequeño auto Wolswagen, Karman Ghia de color gris plateado y con la única compañía de su Dálmata, un perro educado que no tardó en morirse en los calores de estas tierras.

Intrepidez y arrojo. ¡Milagro, no le pasó nada! decía la Mama Fía recordando la historia , pero toda la familia y los concheños felices de que la Nena estuviera entre su gente, porque los concheños somos como clan, como tribu. La Mama Fía y el Papa Uriel ya tendrían quien los cuidara en su vejez, y así fue y ha sido.

La Tía Nena había adquirido costumbres norteamericanas y como había vivido sola, sus decisiones eran palabra de Dios. Lo que ella decía, se hacía. Ella estaba feliz con su regreso. Construyó en sus terrenos, su casa diseñada por ella misma, con apoyo de los tíos Uriel, que es ingeniero y Oscar, arquitecto. Es una casita como sacada de postal suiza, campestre, pequeña, pero tiene de todo. Práctica y funcional. Hasta una capilla le hizo.

Con la finalidad de agilizar sus correrías dentro de La Concha, se compró una mini-moto. Una persona mayor en una minimoto era en aquellas épocas una rareza. Pero para ella, la minimoto era práctica, útil y provocaba poco gasto de gasolina.

El Karman Ghia era para los paseos. Alcanzábamos como cinco o seis, uno sobre otro de los sobrinos y sobrinas. Ibamos a Masatepe, Jinotepe y todos los alrededores de La Concha. Alegrísimo! La tía Nena manejaba y nosotros cantábamos, contábamos chistes, nos reíamos de todo. Ahí participábamos alternadamente Betty, Daisy Galán, Pastora, Lilly y los otros primos y primas.

Las fiestas de cumpleaños las celebrábamos en lugares públicos y en privado, en la casa de la Tía Nena. Ahí escuchábamos música de Frank Sinatra, música seleccionada que la Tía había coleccionado a lo largo de toda su vida. Eran LP en acetato. Su colección de discos es digna de admirarse.

Cuando parte de la tropa se involucró en el proceso de liberación, el Karman Ghia era un valioso instrumento para movilizar gente y herramientas.

La Tía Nena fue nuestra instructora en el uso de armas. Nos llevaba a las fincas y con un rifle 44 y otras armas nos hacía afinar puntería y ejercicios de caminata y de resistencia.

De igual manera, se involucró de lleno en la enseñanza del aprendizaje de los niños de la Escuela central de La Concha. Los hacía marchar y jugar para organizar paradas militares, Toda una proeza!

La tía Nena es de carácter fuerte, pero aún así ha conocido el dolor en todos sus niveles: la prisión de Lesbia, la muerte de Omarcito en México, la muerte de Arielito, la muerte trágica de Omar, su hermano, y las muertes de Mama Fía y Papa Uriel. Ella ha sido sólida, dura, un pilar para la familia.

También ha sido clave para la selección de maridos, compañeros de vida o amigos. Cuando hay alguien que no pasa el test de la tía Nena, no participa en actividades familiares. Si a algo le teme es a la traición. Ella es el abrete-sésamo del cariño familiar a personas ajenas. Junta todos sus saberes y conocimientos para la aplicación del test . Premoniza y afirma : ‘Este no es buena gente- no me gusta- no sé- y uno si sabe lo que ella quiere decir. La amistad es uno de los valores más importantes para la familia. Somos de pocos amigos y contados en la familia, pero probados.
Respeto, disciplina y confianza son las premisas. Hasta para planificar la alegría. Si existe una mujer alegre para vivir esa es la tía Nena. Ella te levanta el ánimo en cualquier circunstancia. Posee la divina cualidad de darte apoyo en todas las circunstancias.

No tuvo hijos, pero sus hijos somos todos. Ahora dedica su vida , con el apoyo de Gilma,a educar a las hijas de Omarcito: Heidi y Gilma Sofía . Esta ha sido una gracia y que le ha permitido dar cariño a su familia.

Protección, amistad, apoyo, cariño, consejo, sabiduría eso es la Tía Nena. Referente claro y diáfano de toda la familia. Oráculo y guía para ser gente de bien.

Cuando está alegre y satisfecha de los logros de cualquiera de la familia, disfruta horrores y exclama : ¡Ay Dios Mío! ¡ Para que la vida fuera eterna!


Su rostro es una copia fiel del rostro de la Mama Fía. Usa el pelo corto blanco, los que de vez en cuando se le tornan alilados. Tiene la piel como la de un bebé. La conserva de esa forma por el uso de aceite para niños. Su sonrisa es franca y posee un gran don de gentes. Toda la gente la quiere o le teme. En la actualidad es la matriarca de la familia.